¿Somos todos iguales?

A menudo nos encontramos en la vida diaria frases en las mujeres como «todos los hombres sois iguales»,  en los hombres «todas las mujeres son iguales», y en otras ocasiones se afirma que todos los seres humanos somos iguales. Pero… ¿realmente somos todos iguales? En realidad, analizar esta pregunta tiene mucho que ver con la psicología y el lenguaje corporal, porque si la respuesta es negativa tendríamos que estudiar a 7.000.000.000 de personas a fin de conocer algo sobre la gente que vive en nuestro planeta, y si la respuesta es positiva, quiere decir que estudiando a un solo individuo podríamos conocer a todos los demás. Para aclarar esto, veamos un ejemplo sencillo:

Hay una fruta que particularmente se utiliza con dos fines, me refiero a la naranja. La naranja tiene multitud de especies que ofrecen distintos sabores y texturas, pero incluso dentro de la misma especie, cada naranja de cada arbol y de cada rama sabe de manera distinta cuando la comemos, así.. podríamos decir que todas son naranjas pero tienen un sabor diferente. Pero.. digamos que elegimos varias naranjas de distintas especies y árboles y hacemos un zumo de naranja, evidentemente su sabor será a naranja.

Cada naranja tiene un sabor distinto, pero el zumo tiene un solo sabor, la esencia de los sabores de todas las naranjas con las que está hecho.

Esto nos ayuda a contestar la pregunta que nos hicimos anteriormente. En realidad, todos los seres humanos tenemos en esencia el mismo «sabor», que es igual para cualquier persona sea hombre o mujer en cualquier parte del planeta, pero… al igual como con las naranjas, los seres humanos también tenemos «especies» que podrían ser las culturas, «árboles» distintos que podrían ser los paises y «ramas» diferentes que podrían ser las personalidades, y mientras más cerca estén dos personas de la misma rama, árbol y especie, más se parecerán en su forma de pensar o actuar.

Por supuesto, todos tenemos cosas en común que facilitan el estudio de la psicología y en concreto del lenguaje corporal, sin embargo, para llegar a conocer a una persona en concreto, lo único que se puede hacer es «probar» a esa persona como haríamos con una naranja en particular si quisiesemos saber cuál es su sabor individual y no el del zumo, es decir, nos tendríamos que centrar en la persona de la cual queremos saber más.

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