Los músculos de los ojos nos ayudan a detectar si una sonrisa es falsa o sincera.

Una chica sonriente

Cuando una persona sonríe, solo puede ser por dos motivos, o está contenta, o quiere aparentar estar contenta. No nos preguntaremos por qué sonreimos cuando estamos contentos, ya que es una reacción natural a la felicidad y a la diversión, sin embargo, puede haber circunstancias en las que tengamos que recurrir a la otra opción, aparentar estar felices, contentos o divirtiéndonos, ya sea para no desagradar a un jefe que hace chistes muy malos, para no interrumpir a un amigo que nos está contando una de «sus historias», etc.. etc..

Pues bien, gracias al lenguaje corporal podemos saber mediante varios gestos y expresiones si una persona está «aparentando» estar contenta, o por el contrario, si su felicidad es sincera. Ahora, en concreto, nos fijaremos en los párpados y en los músculos que rodean a los ojos.

En la cara hay dos clases de músculos que se utilizan cuando sonreimos, unos se llaman zigomáticos mayores y son los que tiran de las comisuras de los labios hacia atrás y levantan las mejillas, y los otros son los orbicularis oculi que se encargan de mover y tirar de los músculos que hay alrededor de los ojos, tapandolos parcialmente, estirándolos o creando pequeñas arrugas en sus extremos, que son las patas de gallo.

Los músculos cigomáticos mayores se pueden emplear de manera consciente para provocar una sonrisa, los orbicularis oculis solo se utilizan inconscientemente cuando la sonrisa es sincera.

Explico los nombres de estos dos conjuntos de músculos porque en la práctica funcionan de forma independiente y son los que podrían indicarnos si la sonrisa es falsa o verdadera. Es decir, el conjunto de músculos formado por los zigomáticos mayores pueden ser controlados de forma consciente, así es que una persona que quiera conscientemente parecer contenta, utilizará estos músculos para tensar los labios y tirar de las comisuras de la boca hacia atrás para así enseñar los dientes y crear una sonrisa; sin embargo los orbicularis oculi se utilizan de forma inconsciente, dando como resultado un estiramiento de piel bajo los ojos, unas arrugas en los bordes y un hundimiento leve de los extremos de las cejas.

Puede ocurrir el caso de que alguien utilice los músculos zigomáticos mayores de forma muy intensa y se levanten mucho las mejillas, dando la sensación de que los músculos de alrededor de los ojos también se mueven o arrugan, así que hay que prestar mucha atención, cuando la sonrisa es verdadera, el párpado cae levemente, los extremos de las cejas se hunden hacia abajo, y a los lados de los ojos se crean arrugas. Esto, por supuesto, puede ser casi imperceptible en algunas personas y en otras ser perfectamente visible.

Imágenes:  Photoxpress

4 comentarios

Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *