Un error común al analizar emociones.
Hay un refrán que dice que «la cara es el espejo del alma» dando a entender que lo que sentimos en el alma se ve reflejado en nuestra cara, y no le falta razón. A menudo se pueden ver en nuestro rostro las emociones que estamos sintiendo; la forma en que se tensan los músculos tanto de la cara como de los labios, la apertura de los ojos y las fosas nasales, la posición de las cejas, etc.. nos da información para saber si una persona está enfadada, feliz, triste o asustada, entre otras cosas.
Sin embargo, hay que tener cuidado al pensar que podemos saber lo que está sintiendo una persona con solo mirarle a la cara, ya que a la hora de ocultar sentimientos, la cara es una de las partes del cuerpo más fáciles de manejar para ocultar nuestras emociones. Muchas personas que se sienten tristes pueden emplear la sonrisa y otros rasgos faciales para «disimular» su tristeza, o una persona que esté enfadada quizás quiera pasar inadvertida para evitar algunos problemas.
Entonces, ¿cómo podemos analizar mejor las emociones de los demás?, es muy sencillo. Como decíamos antes, sabemos que la cara es la parte del cuerpo que va a reflejar nuestro estado de ánimo a los demás, así que cuando queremos «ocultar» lo que sentimos, será la expresión facial lo primero que intentemos cambiar, es tanto así, que las personas centran todo su empeño en cambiar su cara pero se olvidan de darle importancia al resto del cuerpo, esto quiere decir que sus pies, brazos, piernas, manos y su postura y expresiones físicas en general nos seguirán ofreciendo información acerca de sus sentimientos.
De todos modos, aunque la persona intente cambiar su rostro, hay algunos factores que pueden hacer salir a la superficie sus verdaderos sentimientos, por ejemplo puede que la persona no pueda controlar su expresión todo el tiempo y haya «fugas emocionales» de vez en cuando y puedan verse en su rostro sus verdaderas emociones , pero para percatarse de estas fugas hay que estar muy atento y ejercer perspicacia. Por otra parte también existen las microexpresiones, que son pequeños músculos o tendones en nuestra cara que son casi imperceptibles a la vista pero que el cerebro puede reconocer, estas microexpresiones seguirán delatando a la persona incluso tras su esfuerzo por «enmascararse», pero las microexpresiones son mucho mas dificiles de analizar conscientemente, de hecho, para los estudios realizados sobre microexpresiones es necesario grabar a las personas en video y observarlo con detenimiento varias veces.
Por lo tanto, si queremos saber cómo se siente una persona, no podemos caer en el error de observar solo su rostro, también deberemos inspeccionar el resto del cuerpo y sus posturas. Del mismo modo, si queremos «ocultar» nuestras emociones deberemos tener cuidado de darle al cuerpo también la importancia debida a la hora de «disimular».
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